Con la llegada del buen tiempo todos nos preocupamos mucho más por nuestra imagen corporal debido a que nos despojamos de vestimentas y maquillajes, surgiendo las inseguridades en nosotros. Pero ¿Y qué pasa cuando no es algo estacional? ¿Cuándo la fijación por nuestros complejos se convierte en una pesadilla continua para la propia persona comprobando una y otra vez si realmente existe?
A esta afección se le llama Trastorno dismórfico corporal y es un trastorno mental en el cual la persona que lo padece cree tener un defecto físico, pudiendo ser algo real o imaginado en el cual se centra en el de manera obsesiva viéndose la autopercepción y la autoestima gravemente distorsionados. ¿Cuáles son sus características? ¿Tiene algún tipo de tratamiento? Todas estas preguntas las abordaremos en las siguientes líneas, asique si te interesa el tema, quédate y te contamos más acerca de ello.
¿QUÉ ES EL TRASTORNO DISMÓRFICO CORPORAL?
El trastorno dismórfico corporal es un tipo de alteración que se clasifica dentro del capítulo de trastorno obsesivo compulsivo en el Manual utilizado por los sanitarios para la clasificación de los trastornos mentales (DSM-5). Se encuentra dentro de este apartado debido a que es una preocupación excesiva hacia el cuerpo o una parte de él, que el sujeto ve como un defecto y el cual realiza comprobaciones constantes de una manera obsesiva y compulsiva para confirmar sus creencias, las cuales dicha validación ocupa gran parte de su tiempo. La persona que lo padece percibe esta característica física como algo insoportable, a pesar de que para las personas de su alrededor esta imperfección pasa totalmente desapercibida en la mayoría de las ocasiones. Lamentablemente este trastorno se ha visto incrementado y acentuado por las redes sociales y los filtros fotográficos empleados en la población usuaria de ellas, siendo la población adolescente especialmente vulnerable. Pero no es un trastorno que no tenga solución, ya que los psicólogos pueden ayudar a que se adquieran herramientas para protegerse frente a estas consecuencias y así poder superar las dificultades que se presenten.
SINTOMATOLOGIA
Los inicios de esta sintomatología propia del trastorno suelen ser más común que debute en la adolescencia, pero esto no elimina la posibilidad de que el comienzo ocurra en cualquier otra etapa de la vida de las personas.
Al igual que el resto de trastornos mentales, el trastorno dismórfico corporal tiene unas características significativas las cuales nos pueden guiar hacia que la persona que los presente pueda padecer este trastorno, siendo las más destacables las que exponemos a continuación:
- Autopercepción muy negativa, sobre todo a nivel corporal. Normalmente suele estar centrado en algún detalle de su cuerpo el cual lo ve como un defecto muy difícil de soportar.
- Gran parte de las personas que lo padecen emplean mucha parte de su tiempo en la comprobación de este defecto de una manera repetitiva y compulsiva.
- Causan un elevado malestar en la persona que lo padece.
- Suele haber comorbilidad con otras patologías tales como sintomatología ansiosa o depresiva.
- Les limita en todos los ámbitos de su vida, y una de las más afectadas es el área social.
Toda esta sintomatología puede producir más o menos alteración en función de la gravedad de cada caso, abarcando desde los más leves como puede ser rascados, heridas superficiales, etc. hasta llevar a las complicaciones más graves como puede ser la muerte. Esto ocurre debido a que se someten a cirugías y tratamientos estéticos innecesarios produciendo en la persona mayor exposición a peligros, o por el suicidio de la persona ya que no soporta vivir con este desasosiego que le produce su imagen.
Es difícil determinar que ha sido la causa del inicio del Trastorno Dismórfico Corporal, pero sí que se pueden señalar determinados acontecimientos que pueden influir en su aparición como puede ser acoso escolar, influencia de los denominados “cánones de belleza”, la publicidad, redes sociales, baja autoestima, alto nivel de perfeccionismo, etc.
CUÁNDO ACUDIR A UN ESPECIALISTA
A pesar de la creciente normalización, aún a día de hoy todavía sentimos pudor al tener que pedir la ayuda de un profesional sobre todo cuando hablamos de la salud mental. Pero en este trastorno se agrava la situación, ya que la vergüenza y la tristeza que genera el aspecto físico de las personas que padecen problemáticas en el área de la imagen corporal lo hace aún más complicado. Sin embargo, esta es totalmente necesaria e imprescindible en estos casos de problemas con la imagen corporal, ya que a rasgos generales sin un tratamiento es muy difícil su mejoría.
Para acudir a terapia no hay un momento específico para ello, cualquier ocasión es buena cuando se producen dificultades que nos impiden tener un funcionamiento correcto en nuestro día a día. Pero si nos resistimos a ello o percibimos que no lo necesitamos, a continuación, ponemos unas señales de alarma en el cual se necesita ayuda profesional de una manera inmediata y urgente:
- Te preocupa en exceso alguna parte de tu cuerpo llevándote a causar un gran malestar y pérdida de tiempo en su comprobación.
- Se llevan a cabo conductas de autocirugía como rasparse, pincharse, etc.
- Te está generando un grave deterioro en las distintas parcelas de tu vida como social, laboral, familiar entre otras.
- Tienes ideación suicida o a habido algún intento de suicidio.
Teniendo en cuenta toda la información expuesta, debemos saber que este trastorno puede mejorar e incluso superarse a través de un tratamiento adecuado e individualizado por parte de los profesionales de la salud mental, aprendiendo habilidades para poder tolerar y aceptar estas partes de nuestro cuerpo que menos nos gustan, así como lo hacemos con nuestras virtudes, ya que ambas forman a la persona única y especial que somos.
Si sientes que alguna parte de tu cuerpo te provoca un gran malestar o algún tipo de sintomatología relacionada con este trastorno, puedo ayudarte a adquirir las herramientas necesarias para aprender a vivir con todas las partes de las que estamos formados y llevar una vida más saludable y con mayor nivel de bienestar.