Las redes sociales y el comienzo en ellas

Cuando se tienen hijos hay muchas dudas de cómo actuar o que es lo correcto a la hora de educarles. Pero si hay una parte que es delicada debido a la incertidumbre que existen con sus usos son las nuevas tecnologías, y entre ellas se encuentran las temidas redes sociales. Como muchas cosas de la vida estas tienen múltiples beneficios, pero también muchos peligros para los más jóvenes de la casa, por lo que a continuación os lanzamos una pregunta ¿Cuál es la edad idónea para que usen estos medios? ¿Debo vigilar su actividad en ellas? Por todas estas dudas y más preguntas que puedan surgir respecto a este tema, sigue leyendo y les daremos más luz a este asunto.

¿QUE SON LAS REDES SOCIALES? ¿CÓMO PODEMOS SABER CUANDO COMENZAR A UTILIZARLAS?

Las redes sociales son plataformas virtuales dónde personas particulares o grupos se unen en función de si son pertenecientes a su grupo social, si realizan las mismas actividades, tienen los mismos gustos o intereses afines. Entre ellas tenemos a Facebook, Instagram, WhatsApp, Tiktok, YouTube entre otros.

Para muchas de estas redes sociales la edad mínima son los 13 años para poder registrarse en ellas y crear un usuario debido a una ley de privacidad existente en estos sitios, pero, ¿es cuestión de una edad el saber utilizar de una forma idónea estas aplicaciones? La respuesta es no. Esto no está basado en ningún tipo de estudio en población infantil ya, por lo que para saber cuándo un niño o adolescente están preparados para el inicio de su andadura en las redes sociales, se deben tener en cuenta varios aspectos:

• Edad del niño/adolescente. Este es un indicativo objetivo de un límite mínimo para su utilización, pero no debe ser el definitivo.
• Madurez del niño/adolescente. Es un factor fundamental, ya que el poseer una madurez suficiente será mayor la probabilidad de evitar riesgos y utilizaciones indebidas.
• Personalidad. Es importante el conocer a nuestro adolescente o niño para ayudarnos a valorar el cómo va a realizar el uso de estas o posibles vulnerabilidades.
• Si su grupo de amigos tienen o no tienen estas redes sociales. Esto no será el factor determinante, pero si pistas para orientarnos sobre si concederle el permiso para tenerlas. Podremos anticiparnos viendo el uso que hace su círculo más cercano de estas redes sociales. No tiene por qué copiar lo que hacen sus amigos, pero seguramente lleve con ellas un uso similar ya que es con los que se suele relacionar.

BENEFICIOS Y PELIGROS DE ESTAS PLATAFORMAS

Siempre tendremos dudas de si permitir al menor tener redes sociales. Seguramente todo su entorno lo tenga y ahí es cuando entra en juego las dos caras de la moneda. Por un lado, nuestra primera idea es intentar protegerle de todo lo negativo que puede existir en las redes, y la manera más radical de poder cumplir con esto es restringirles el acceso a ellas. Pero esto en cierta manera puede que estemos contribuyendo a aislarle socialmente, ya que actualmente estas redes son una parte muy importante tanto en la vida de los adolescentes como en su mundo social y forma de relacionarse

Por todo esto a continuación vamos a intentar ayudarte en este paso y vamos a exponer los pros y los contras de ello y así ver hacia qué lado la balanza se inclina más:

BENEFICIOS

• Es una manera de la juventud de relacionarse con sus amigos y un modo de pasar su tiempo libre, siempre controlando las horas que pasan en ellas.
• Puede aprender cosas nuevas acerca de sus gustos o intereses al seguir a perfiles afines a estos.
• También puede profundizar en cómo comunicarse mejor, habilidades a la hora de escribir, etc.
• Aumenta su creatividad al crear contenidos originales u observar otros usuarios las ideas novedosas que tengan.

DESVENTAJAS

• Pueden visualizar contenidos no aptos para su edad, ya que no suelen haber muchos controles acerca de saber si eres menor de edad.
• Existe una facilidad increíble para poder acceder a contenidos adultos, no estando el menor preparado para visualizar imágenes agresivas o sexuales que puede encontrar indebidamente.
• El contactar con personas las cuales no conocen teniendo estas unas intenciones dudosas y/o peligrosas. Hay perfiles que nos podemos encontrar los cuales sean falsos escondiéndose detrás personas que no coinciden con la foto o descripción de ellos. Que sepan que no es recomendable agregar a personas que no son de nuestro entorno o que no conocemos, detrás de esa apariencia agradable se puede esconder cualquier persona con malas intenciones.
• Mandar archivos, fotos o vídeos los cuales sean privados y se difundan de una manera indiscriminada por la red. Hay que poner en su conocimiento de que todos aquellos contenidos que mandamos por estos medios dejamos en ese mismo momento de ser dueños exclusivos de ellos, como pueden ser vídeos y/o fotos personales, por lo que deben ser conscientes que en el momento que se mandan, sea el medio por el que sea estos materiales, dejamos de ser los propietarios exponiéndonos y arriesgándonos a que la persona que las consiga pueda hacer un uso inapropiado y dañino para nosotros.
• Existe un gran peligro para el acoso llamado cyberbuilling, difundiéndose de una manera fugaz el trato vejatorio hacia las personas afectadas y siendo muy complicado escapar a él, ya que basta con hacer un solo click para acceder a internet desde cualquier lugar donde te encuentres y poder encontrarte con ese acoso en la red.

CÓMO PODEMOS ABORDAR ESTE TEMA CON ELLOS

Hay muchas maneras de afrontarlo, pero hay dos aspectos principales y prioritarios que tenemos que saber:

En primer lugar y muy importante tenemos que tener una buena comunicación con ellos. Con esto no quiere decir que les expliquemos que son las redes sociales ya que seguramente son ellos quien nos podrían dar una lección acerca de estas plataformas, pero si hablar abiertamente de todos los beneficios que se pueden obtener con ellas, pero también los elementos peligrosos. Lo importante de todo ello es que sepan que estamos disponibles para cualquier problemática que puedan tener en las redes sociales, y con ello abordar a tiempo estas dificultades para que no se haga más grave o tenga consecuencias irreversibles en ellos. No hay que minimizar sus preocupaciones ni hacer de menos aquello que les sentir mal. Escúchales y que sientan que sus asuntos nos importan, para que en el momento que ellos lo necesiten estemos accesibles a aquello que les perturba.

En segundo lugar, que sientan que confiamos en ellos. Es difícil juntar la palabra confianza con adolescencia, pero no es algo incompatible. Que vean que nos fiamos de ellos, que depositamos toda nuestra fe en que teniendo toda la información lo van a intentar hacer bien dejándoles que pueden actuar de forma independiente. Dependiendo de la edad de nuestro hijo graduemos la vigilancia de su actividad para evitar situaciones peligrosas, pero haciendo un seguimiento positivo de sus pasos, no un perseguimiento, ya que si hacemos esto último lo único que conseguiremos serán disputas, mal ambiente familiar y crispación en el hogar.